Este verano hemos hecho la ruta circular por Holanda y han resultado unas estupendas vacaciones familiares.
Lo primero que quiero decir es que realmente la bicicleta es la verdadera reina de Holanda. Puedes llegar a todas partes en bici y existe un respeto total por el ciclista.
La ruta en general es fácil y asequible para todos. Inicialmente pensamos que eran etapas muy largas, pero enseguida pudimos comprobar que se podían hacer sin mucho esfuerzo. Holanda es de verdad plana, te cueste más o menos pero siempre llegas (mi hijo siempre me decía que iba muy lenta….). Puedes llegar por carril bicicleta a todos los sitios, hay miles de caminos perfectamente indicados y aunque en los cruces no siempre lo ves claro, busca bien la indicación de tu ruta que seguro está.
Los hoteles muy buenos. Después de todo un día en bicicleta se agradece llegar a un buen hotel y, en general, no muy lejos del centro. En alguno casos yo hubiera preferido hacer noche en ciudades más pequeñas con hotelitos más familiares, pero a cambio la calidad de los hoteles ha sido excelente.
Además, quería comentar que el país nos ha encantado. La ruta circular nos ha permitido conocer un poco Holanda y descubrir que ese país es mucho más que Ámsterdam. Ciudades como Harlem, Delf o Utrecht son un regalo, tanto por su patrimonio como por su vitalidad, llenas de cafés bulliciosos y de gente con ganas de divertirse. El mar del Norte y el recorrido por las dunas te sorprende con esas playas infinitas.
Ha sido una gran experiencia, es nuestro tercer viaje en familia y en bicicleta y, seguro, repetiremos.
Se me olvidaba!!! Ha sido todo perfecto…, casi. Holanda es muy verde, así que nos llovió dos o tres días, pero supongo que también forma parte de su encanto.
Elisa, Juanra y Alex
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